♦ Diario de la ausencia

Foto de carátula original desgastada por el tiempo




NOTA ACLARATORIA

DIARIO DE LA AUSENCIA, que constaba de treinta y dos poemas escritos entre 1964 y 1969, fue producto, en su parte editorial, del entuasiasmo de algunos amigos entre los que se encontraba Jorge Arango –ya fallecido– quien era copropietario de una pequeña empresa familiar: La Tipografía Arango. Su idea fue conseguir que algunas personas de Roldanillo obsequiaran la tinta, las resmas de papel y las cartulinas necesarias. La impresión correría de de su cuenta y el trabajo de diseño de carátula y encuadernación manualsería mi aporte. El poemario se terminó de imprimir en septiembre de 1972. Se distribuyeron doscientos ejemplares.

Aquí se incluyen solo siete poemas como muestra de una producción que, a la mirada actual, indudablemente es de baja calidad como resultado de mi inmadurez vital y literaria. Obsérvese que el primer poema re-publicado lo escribí cuando tenía catorce años de edad. Entonces, ya podrán suponer el nivel de los omitidos.

Si ahora tomo la osadía de incluirlos en este inventario es solamente para fijar el hito de una actividad de escritura que solo terminará con mi partida final.




HISTORIA DE AYER

Polvo de viejas carreteras y calles de un pueblo que descansa CFconstruyeron ayer mi nombre de niño sin brújula. Anduve en las calles desafiando a la miseria y en los callejones hurgando en los tinocos. ¿Dónde estarán ahora esos amigo con los que desafié la miseria? ¿En qué tinocos de ahora searrojarán de cabeza? Hoy pasan por mi mente los días que fueron y ya no escucho el nombre de esos amigos... Sólo las viejas carreteras y las calles de un pueblo que descansa me rodean con recuerdos de mi niñez perdida. Anduve sin brújula. ¿Cómo olvidarlo?

Zarzal, Sábado 29 de febrero de 1964.




PRESENCIA DE MAR

Yo no sabía de mares, pero allí estuve como por casualidad habitando en sus aguas con una certeza de quilla oxidada, de ancla levada para la partida sin regreso. Yo no sabía de caracolas, pero mi presencia de entonces se adentró en la pupila del negro pescador, y pude ver distancias y surcos en la arena y caminos sin fatiga por donde ahora pasan de largo mis recuerdos.

(Roldanillo, Jueves 19 de mayo de 1966)




MENSAJE TARDÍO A CECILIA NEIRA

Hoy, cuando los gusanos han malogrado tus carnes y tu cuerpo desnudo soporta el peso de la tierra, como tu amigo en la vida de tu vida quiero escribir este poema. Ahora te estoy nombrando, Cecilia. ¡Qué duro es volver sobre las voces que ya no se escuchan! Y saber que ya no volveremos a escuchar el golpe de tus pasos, pues ya es muy tarde para que te desvíes de aquel minuto donde se quebró tu vida. Aquel minuto... ¡Cuánto te habrá dolido aquél minuto! Y saber que perdiste algo más que los sueños. algo más que la pintura de tus cejas, algo más que los objetos guardados con alegría. Y saber, Cecilia Neira, que perdiste algo más que la alegría.




LA HUELLA DE MI MANO

Porque me adentré más allá de tus ojos puedo correr entre las llamas o tatuar un poema de amor sobre tu cuerpo. Quise arrojar al viento mis palabras pero me contuve, porque otros que se aman, que ríen o entristecen, no han vivido las horas de nuestro tiempo ni han sentido entre las manos el crecer de un girasol como nosotros. Ah, tántas tardes que han rozado los rostros maquillados y deslucido el barniz nostáñgico de las uñas... Ah, tántas tardes que hemos recogido en el cuenco de las manos... Ahora, mientras te deseo desde otros paisajes y otros días, quizás percibas el crepitar de mi ausencia y sientas que la huella de mi mano más allá de tu mirada. Más allá.

(Roldanillo, lunes 17 de marzo de 1968)




DECISIÓN DE MARCHA

¿Por qué me infiltro en estas rosas que evocan en las sobras la intimidad de mi tiempo? ¿Por qué me hundo en esas calles apagadas por donde pasan presurosos los pies de un vagabundo? Solo sé que en cada noche me nace una tristeza que nutre sus raíces en un tránsito de humos y en un amor que ignora el color de los epílogos. Pero no quiero que me aislen huracanes amargos ni que me señalen brazos de curces sollozante. Yo sólo quiero continuar mi marcha.

(Roldanillo, Lunes 16 de mayo de 1967)




BREVEDAD PARA UNA AUSENCIA

Otra ciudad. Nuevas calles que me repiten tu nombre. ¿Por qué todo se me antoja vacío si yo te estoy sintiendo en ese mundo de apalabras que me envías? CFYo sé que estás aquí. Te siento en esas calles apenas conocidas por donde van mis ojos buscando una forma que se te parezca, por donde va mi silencio tragando la saliba de nuestro último beso. Yo sé que estás aquí. Te estoy sintiendo.

(Palmira, 30 de octubre de 1971)